Así como maduran las uvas, caen mis letras plasmando la esencia de mi verdad más profunda. Empecé a soñar donde el cactus es una piedra más del camino y reverbera el sol, donde la noche se irradia de estrellas que se reflejan sobre la blancura de los jazmines que pueblan mis recuerdos. Soy un latido de una ciudad que es un corazón. Dos cielos me cubren, el propio y el de Sevilla, ciudad pasión y melodía.
jueves, 27 de mayo de 2010
Vida de Perro
La fábrica era un almacén de polvo,
allí su último suspiro,
quedó preso entre varilla y cemento.
En la sal de su sudor, sus lágrimas se mezclaban,
A nadie nunca le importó que el obrero se quejaba.
El amo iba y venía,
vacaciones en New York, travesía en un crucero,
reservas en Punta Cana.
Y el obrero cada ocaso llegaba a su casa humilde
y se sentaba a la puerta para ver morir el sol.
Muy temprano en la mañana, se santiguaba en la puerta
para partir al trabajo.
La fábrica era una cárcel, clavos, cemento, varillas,
El obrero estaba lánguido, sus pulmones destrozados,
no le dieron más oxígeno y una mañana
el obrero cayó muerto, nadie le volvió la cara
y se quedó sepultado entre una nube de polvo.
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La vida de los trabajadores suele ser asì, lamentablemente. Desde el tìtulo a todo lo que expresas invita a la constante reflexiòn.
ResponderEliminarUn gusto leerte Miuris