Esa mujer está sola,
Sola con el día a cuesta y con la cuesta del día sobre su espalda cansada.
Sola a media mañana,
en el mediodía de su mesa vacía y sola en la tarde.
La noche le alcanza en medio de sus afanes
procurando guarecerse bajo un manto de recuerdos.
Sola en el sol que diseña sobre su cuerpo, la forma de su vestido,
Bajo la lluvia, en la temprana mañana de cualquiera de sus días.
La tarde le llega tarde, ella adelantó el camino,
palmo a palmo ya conoce el mapa de su camino.
Sola toda la semana,
Grita, gime, llora, ríe,
Va vestida de optimismo,
Nadie diga que es cobarde,
No señor, esa mujer es valiente,
se pelea con la vida, lucha con el día a día,
riñe a su alcoba, a su cama,
porque esconde entre sus sábanas un frío de soledad.
Espera el lunes radiante, puede ser hoy el día,
Llega el martes y se viste de esperanza,
Veinticuatro horas más, el miércoles puede ser,
No importa tal vez el jueves.
El viernes es otra cosa,
se prepara de antemano, sabe que domingo y sábado,
son igualmente perdidos.
Esa mujer sigue sola,
va tropezando con las piedras del camino,
una por una las cuenta, las pisotea y sonríe.
Con el pecho erguido, al mundo entero sonríe,
Aunque muy dentro de ella, quisiera
a más de uno, hacerle morder el polvo.
Esa mujer sigue sola, sola en medio de la gente
que la mira sin importarle si es humana o es simplemente
una sombra, un robot.
Con la mirada perdida en el Sur de su horizonte,
Sigue esperando sin saber lo que espera,
Solo sabe que está sola
Y es casi seguro que cualquier día,
sola muera.
Hermosa radiografìa a esa mujer sola, a la que por unos instantes, pudimos acompañar en su ( pareciera tan profunda) soledad.
ResponderEliminarUn relato que conmueve.
Cordiales saludos desde Mendoza