Así como maduran las uvas, caen mis letras plasmando la esencia de mi verdad más profunda. Empecé a soñar donde el cactus es una piedra más del camino y reverbera el sol, donde la noche se irradia de estrellas que se reflejan sobre la blancura de los jazmines que pueblan mis recuerdos. Soy un latido de una ciudad que es un corazón. Dos cielos me cubren, el propio y el de Sevilla, ciudad pasión y melodía.
miércoles, 5 de mayo de 2010
¡No lean esto!!!
Me parece que esas bragas extravagantes y provocativas, son la creación de alguna mujer que por alguna razón, buscaba venganza ¿Lo habrá logrado????
Seda, algodón, nylon, transparencias, animal print, o estampado anima
¡Mis preferidas!
El uso de los calcetines y calzas, no era costumbre entre los romanos, fueron los germanos quienes para protegerse de la rigurosidad del clima usaban ese complemento al que dieron un nombre intermedio entre calzado: (calceus zapato en latín) originó calcea (calza en latín). De ellos surge el uso de calcetines en los romanos y demás civilizaciones.
Ayer, al igual que hoy, la moda evolucionaba y las calzas eran cada vez más largas, primero un poco más, después otro pelín, hasta que llegaron a la cintura.
Ya en el siglo XVI, la pieza se dividió en dos partes, una que vestía el abdomen y parte superior de los muslos que continuó llamándose calza, calzones o calzoncillos. La otra parte llamada calcetas o medias calzas, (hoy medias o calcetines) cubría los pies y las pantorrillas.
Con respecto a las bracas del latín braga, es posible que su origen provenga de brahui, una voz celta que era el nombre de una tribu asentada en el sureste del territorio que hoy ocupa Francia. Era esta la única tribu que llevaba unos calzones confeccionados de cuero, que les hacían diferentes entre los demás grupos.
Dicha pieza evolucionó adicionándole la llamada bragueta, sin embargo, esta era una pieza de uso exclusivamente masculino, fue mucho después cuando fue estableciéndose así como al descuido la división entre la calza (Masculina) y braga, prenda femenina que posiblemente nadie imaginaría la cantidad de evoluciones que tendría a través de los siglos.
Como sucede siempre en la historia, pueden existir diferencias de criterio, fecha etcétera, en acontecimientos, de la misma manera y aunque de un evento histórico de relevancia no se trate, sobre el origen, es posible que también los haya.
En la lengua española, existe constancia del año 1191, sobre esta prenda, los datos que incluye, son mas o menos los mismos con ligeras diferencias sobre los detalles.
Las bailarinas del famoso cabaret Moulin Rouge, usaban bragas para cubrir sus partes íntimas mientras bailaban.
Entre las francesas de comienzos del siglo pasado, usar braga, era asunto de “mujeres de vida alegre”, la prenda sin embargo, se ha convertido en una prenda de uso continuo y corriente en el vestuario de todas las mujeres.
Las bragas vienen a ser el predecesor del pantalón, cuyo uso se inició entre campesinos galos y celtas, en el tiempo en que los Bárbaros dinamitaron el Imperio Romano.
La braga en su viaje por el tiempo, ha sufrido grandes cambios de aquellos comienzos casi ingenuos, obligados digamos por la inclemencia de la intemperie en la que casi vivían las tribus y pueblos, buscando protección contra el frío, fue cambiando de tiempo en tiempo.
Sin embargo, es en este tiempo de extrema modernidad, consumismo, exhibicionismo y consumismo, que esta prenda ha logrado un verdadero despegue hacia los cambios más estrambóticos, las hay para todos los gustos, para la mujer tímida que existe aún el raro espécimen que ni ella misma se atreve a ver su cuerpo, por temor a “pecar”, para las modositas, que quieren dejar mucho a la imaginación y sorprender con el descubrimiento, pero que a la vez, levantan un punto su morbo, tentando con uno que otro adornito, estratégicamente colocado. Están además las bragas para mujeres de gusto más clásico, aquellas que sin enseñar, lo sugieren todo, en esa gama amplia de modelos, encontramos el hilo dental que causaría un infarto a más de una abuela de las de antes, (o al abuelo), las que en forma de corazón tiene un hueco en un lugar determinado, uff, cuantos modelos más, es como una revolución encaminada a encadenar, matar o dejar alelados a los tímidos adanes que tengan el valor de fijar sus ojos en dichas apariciones.
Habría que crear un tribunal inquisitorio y llevar al banquillo, a todas las mujeres del mundo, bueno, a casi todas, para que sean juzgadas por atreverse a perturbar la paz del universo, por la "brevedad" de sus bragas, aduciría en mi defensa el alto costo de los géneros, hay que economizar en todo.
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Un relato genial, certero, inventivo que deja un sabor alegre al ser leìdo por su espontàneo significado. Ayy, las bragas, su evoluciòn y ese final que viene a coronar lo que de principio fue encantador.
ResponderEliminarTe dejo un cordial saludo desde Mendoza.