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jueves, 6 de mayo de 2010

Desastre en el Golfo de México



El desastre del Golfo de México confirma los riesgos de las plataformas petrolíferas en el mar
Esta información pertenece al boletín informativo de WWF España.
Vertido del Golfo de Méjico

A este ritmo, se superará el vertido del Exxon Valdez esta semana

Las recientes catástrofes en plataformas petrolíferas y los escapes de petróleo, incluyendo el desastre del Deepwater Horizon en el Golfo de México, muestran la necesidad mundial de cambiar hacia un modelo energético más limpio y más seguro, según ha señalado hoy la organización WWF.

WWF insiste en que si se quiere extraer petróleo y gas en aguas cada vez más profundas y lugares más inaccesibles habría que tener en cuenta los riesgos que conlleva entrar en territorios donde existe una mayor probabilidad de accidentes con consecuencias ambientales mucho más graves.

“En el Golfo de México, las infraestructuras petroleras son las más desarrolladas del Planeta, con acceso a los métodos tecnológicamente más avanzados para responder al vertido. Esto ofrece el mejor escenario posible para hacer frente a un desastre de esta magnitud”, apunta William Eichbaum, portavoz de WWF EEUU. Y continúa: “Sin embargo, a pesar de todo, la crisis empeorará y nos enfrentaremos a la peor catástrofe de petróleo ocurrida hasta el momento”.

Se estima que entre 400 y 600 especies están amenazadas por el fuel que se escapa de la plataforma y que está llegando a la costa de Louisiana. En estos momentos, la zona se encuentra en una de las épocas más críticas para que sucedan este tipo de catástrofes debido a la migración de aves. Además, el área es vital como punto de invernada y de descanso para casi las tres cuartas partes de las aves acuáticas. A esto se suma que es el periodo más importante de nidificación, con los primeros pollos volando hacia las marismas.

Asimismo, es una región crítica para la freza del atún rojo que está regresando a la zona para su temporada de reproducción. Las consecuencias del vertido son imprevisibles para esta especie en peligro. Igualmente, están bajo amenaza las principales industrias de marisco de EEUU, que supone aproximadamente la mitad de la gamba desembarcada en EEUU y el 40% de sus ostras, ahora también reproduciéndose.

“La devastación ecológica y económica que se extiende por el Golfo de México debería hacernos reflexionar sobre la exploración de petróleo en alta mar y sobre su producción que, de hecho, es profundamente arriesgada. Los gobiernos deberían sopesar dos veces su decisión de desarrollar estas actividades en aguas cada vez, si cabe, más peligrosas”, subraya el Director General de WWF Internacional, James Leape.

Las compañías petroleras están subestimando los riesgos asociados a su actividad, especialmente en las zonas más profundas de nuestros océanos y en las zonas de mayor sensibilidad ambiental. WWF ha destacado cómo las evaluaciones de impacto ambiental y los planes de contingencia para la explotación petrolera del inhóspito mar de Chukchi, en Alaska, desestiman los riesgos de vertido como “insignificantes” y rehúsan analizar potenciales riesgos o planes de respuesta.

El petróleo es muy tóxico para el medio ambiente marino y costero, y sus impactos en la fauna silvestre pueden persistir durante décadas. Todavía puede encontrarse petróleo y verse los daños infligidos por el peor vertido en los océanos de EEUU, el desastre del Exxon Valdez que tuvo lugar en 1989. Se calcula que el Deep Horizon está perdiendo 5.000 barriles de petróleo al día, lo que sobrepasará la cantidad del Exxon Valdez esta semana.

A finales de 2009, WWF participó en la evaluación de los riesgos e impactos ambientales del vertido que causó la exploración de Montara en el mar de Timor, un brazo del océano Índico.

Aunque supuso una décima parte del actual desastre del Golfo de México (se estimaron unos 400 barriles al día, frente a los actuales 5.000) y de que tuvo lugar en aguas menos profundas (90 metros, frente a 1.500), se necesitaron cuatro intentos y 73 días para taponarlo.

El vertido se extendió por el mar y los arrecifes a lo largo de 90.000 km2 y afectó a las aguas indonesias, así como al Triángulo de Coral, un área prioritaria para WWF.

Igual que el Golfo de México, la zona afectada por el accidente de Montara daba cobijo a ballenas, delfines, área de reproducción de atún, tortugas y aves marinas.

“El precio real que pagará la fauna no se sabrá nunca”, afirma la Directora de Conservación de WWF Australia, Gilly Llewelyn, quién viajó al mar de Timor para evaluar la información oficial y la suministrada por parte de la compañía durante el vertido. Y prosigue: “Simplemente no se hizo el suficiente esfuerzo para calcular el impacto total del vertido. Pero creemos que había miles, sino decenas de miles, de criaturas marinas, como aves, ballenas y delfines, afectadas que habrían estado en contacto con el petróleo”.

La Dra. Llewellyn, una científica marina también familiarizada con el Golfo de México, apuntó que la riqueza biológica de la costa de Louisiana es fruto de una complejidad de ecosistemas que mezclan islas con fondos arenosos formando barreras y marismas fangosas.

”Se puede limpiar la arena, pero no se puede limpiar el limo”, concluye. “Si el petróleo llega a las zonas más fangosas, los efectos podrían ser desastrosos y muy duraderos”.

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