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lunes, 10 de mayo de 2010

Cincuenta años!!

¡Cuanto ha llovido!

Presidentes, ministros, princesas, sacerdotes, delincuentes, narcotraficantes, mujeres y hombres, niños que no nacieron porque la píldora lo impidió.

Su arraigo en la sociedad mundial, ni la iglesia, ni los dogmas han podido impedirlo. Y es que la conciencia de la humanidad en este sentido, ha tenido una apertura hacia la sensatez y aunque no todo es positivo con respecto a la pastilla, al menos es más honesto planificar cuando se desea tener hijos, que una vez concebidos, se detenga el proceso de gestación por medio del aborto.La píldora, mas que adulta, cumple cincuenta años, controversial en sus inicios y casi a todo lo largo de su “vida”, no puede negarse que hoy en día, es aliada en la vida de muchas parejas.Millones de mujeres en todo el mundo, toman religiosamente la píldora, todo indica que ya no acatan el freno de la Iglesia Católica.

Según parece, ya ni las mismas mujeres que defendían resueltamente su catolicismo, obedecen las prédicas de su grey, siendo consumidoras de la píldora, y menos del cinco por ciento, utilizan los métodos aconsejados por la Iglesia Católica.

El Método del ritmo, mediante el cual las parejas se abstienen de tener relaciones sexuales, tomando en cuenta el ciclo menstrual, la abstinencia total y la lactancia, son los controles de natalidad permitidos por la Iglesia Católica.

Indiscutiblemente la píldora anticonceptiva ha librado una gran batalla, no solo contra la Iglesia Católica, sino también las demás religiones, que todas, en mayor o menor medida, solo dan al sexo la razón de la concepción, negando cualquier otra condición como el placer.

Cierto es que la píldora ha contribuido en mucho a la estabilidad emocional de la mujer, ya que muchas, sobre todo por miedo al embarazo, caían con frecuencia en estados de ansiedad que dañaba su relación de pareja.

La píldora en si misma no era el problema para la cúpula católica, el problema eran las personas deseosas de tener sexo, ignorando el vínculo entre sexualidad y concepción, solo con la idea de la gratificación carnal.

"Intentamos mantener la dignidad del sexo como dador de vida", declaró un catedrático de una universidad católica de Estados Unidos. Sería interesante saber si este caballero, practicaba con el ejemplo¿?

Muchas mujeres católicas estadounidenses, intentaron seguir al pie de la letra las indicaciones de su iglesia, “jugamos a la ruleta vaticana y no funcionó”, el resultado fue, hijos tras hijos, al quinto, su médico que era también católico, le dio a tomar la píldora. “Me dio la píldora y la tomé, eso me salvó de más embarazos”.

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¡Brindis!

Esta es la mejor cosecha, el brindis exquisito de las letras.