Así como maduran las uvas, caen mis letras plasmando la esencia de mi verdad más profunda. Empecé a soñar donde el cactus es una piedra más del camino y reverbera el sol, donde la noche se irradia de estrellas que se reflejan sobre la blancura de los jazmines que pueblan mis recuerdos. Soy un latido de una ciudad que es un corazón. Dos cielos me cubren, el propio y el de Sevilla, ciudad pasión y melodía.
miércoles, 19 de mayo de 2010
Eslabones del tiempo
Una tras otra, van pasando las horas
lentos, raudos, fugaces, persistentes,
los eslabones del tiempo,
tejen unidos al calendario,
destinos, ocurrencias.
varada en el camino,
como un carrusel gira que gira,
Ni mar ni luna,
ni sol ni tierra,
un punto detenido en una nube.
Caminando al compás de una corriente
que me arrastra sin destino
allí donde el cansancio me devore,
me quedaré pintando adioses
en la copa de un árbol,
recogiendo los pétalos marchitos,
para con ellos, sepultar mi sombra.
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