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viernes, 23 de abril de 2010

Sueños


Siendo niña, ya los conocía y dejando volar la imaginación, solía abstraerme con la mirada fija en lo que a mi mente infantil se hacía inexplicable y ejercía un encanto especial del que no podía evadirme: El cielo. Pasaba largas horas edificando entre cirros de blancas nubes, castillos de ensueño, hasta que escuchaba como en otro mundo las voces familiares que me hacían volver a la realidad.

Años mas tarde, habría de enterarme que ese maravilloso manto celeste que nos cubre, “ni es cielo, ni es azul”. Ese descubrimiento me ocasionó una decepción que fui superando, porque dentro de mi, jamás dejó de ser cielo.

Los sueños, esos mágicos visitantes, día y noche invadían la privacidad de mi yo, eran amigos entrañables que llegaron a serme indispensables, ellos tenían la potestad de penetrar hasta mi más recóndita intimidad.

En diferentes etapas de mi vida, han estado junto a mi, su color dependía de las circunstancias que me envolvieran, la ilusión de amar, la esperanza de alcanzar algo hermoso, eran color de rosa y flotaba en la magia que yo misma creaba dentro de mi, me aferraba a ellos capeando tempestades, ellos me dotaban de suficiente fantasía para ver un rayo de luz aunque todo fuese oscuro.

Todavía me rondan. Aún se meten más que en mi cama, en mi yo mas recóndito, a veces les llamo sueños laberínticos, porque ni yo misma puedo descifrarlos, ese tipo de sueños, suele invadirme cuando mis fantasías pierden un poco sus expectativas, o cuando se apagan las luces de la esperanza y me hacen navegar en un torbellino, en busca del conmutador, que persigo desesperada para apretarlo y ver dispersas a mi alrededor, estrellitas brillantes que irradian mi camino, continúo entonces caminando, persiguiendo la huella de mis sueños, aunque a veces me dejen varada en medio de un desierto, no me importa, ya tengo una luz que irradia el túnel y no deja que me envuelvan las sombras.

4 comentarios:

  1. ahu, entonces la niña soñaba, tan mona ella,enterate de una vez que tus cuentos no le interesan a nadie, lo que eres es una engreida, no se que te piensas tu, nadie es tonto, ya deja de escribir que los dedos se te van a poner duro.

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  2. Dos problemas pueden acosar a este tío, o mejor tres, porque o está enamorado de la escritora, es un resentido en contra de las mujeres, o está loco de atar.
    No se entiende de otra manera la persecución irrespetuosa.
    Parece curioso que mientras los lectores y lectoras escriben mensajes de aliento y positivos, éste anónima y compulsivamente, ataque de modo necio y tonto.
    Sobra decir hermosa vendimiadora, que palabras como esas, deben ser tratadas como lo son, nada.
    A juicio mío y supongo que al de las personas concientes,esas opiniones pertenecen a alguien desquiciado, que no hay ni que mencionar, porque haciendolo, se le importancia.
    No suelo participar en comentarios, lo hice esta vez para dar apoyo a una mujer que hace un trabajo encomiable, si se dan cuenta, este blog, está entre los mas completos.

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  3. Totalmente de acuerdo con el comentario anterior. Añadir además, que este individuo es retrogrado, machista y sobre todo un pobre diablo totalmente falto de formación. Mas le valdría leer con detenimiento todas las entradas de este blog, quizás asi adquiera algo de cultura.
    Sigue escudandose en la impunidad que le da el anonimato, lo que demuestra su cobardía y la envidia que le corroe.
    Ya que te crees con la solvencia suficiente para descalificar un blog como este, porque no nos facilitas el nombre del tuyo, para que podamos "disfrutar" de tus entradas y comparar con este que tanto has denostado.

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  4. Gracias Jose y Felipe, gratitud eterna para ustedes por sus palabras hacia mi trabajo y mi persona.
    Tener la constancia de que mis letras llegan a quienes van dirigidas, gente como ustedes que las valoran, es suficiente para mi.
    Lo demás, los comentarios de renegados que sabe Dios cuantos complejos padecen, es como si no existieran.
    Esos de seguro que se muerden las uñas y golpean su cabeza en la pared cuando se dan cuenta de que hay personas a quienes no intoxica su veneno.

    A ustedes, a todos los que toman un minuto de su tiempo para leerme y además enviarme comentarios tan hermosos, les dejo en esta ventana, mi corazón.

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¡Brindis!

Esta es la mejor cosecha, el brindis exquisito de las letras.