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lunes, 26 de abril de 2010

La Reina del Tecnicolor


Fue llamada la reina del tecnicolor. Era dominicana, fue famosa y era una mujer hermosa.Oriunda de la provincia de Barahona, en el Sur de República Dominicana, nacida el 6 de junio de 1912 y fallecida en París el 7 de septiembre de 1951.

Isidoro Gracia García, inmigrante español, Vicecónsul Honorario de España y la dominicana Regla Teresa María Vidal, fueron sus padres.

Era tan perfecta su belleza que fue llamada la Sirena de Hollywood.

Su padre le llamó María África, en homenaje a su tierra natal la isla de la Palma (Canarias).

El ardiente sol tropical, dio al cuerpo de María el color tostado que unido a su acento y belleza, le abrió las puertas al estrellato.

Fue la primera dominicana que se lució en escenarios del séptimo arte, dueña de una inteligencia preclara, aprendió a hablar y escribir el idioma inglés sin maestros.

US$50 dólares le pagaron por posar en la portada de una revista, fue su primer trabajo en Nueva York, para la época en que esto sucedía, se trataba de una pequeña fortuna.

Era lo que puede llamarse un fenómeno, una mujer bella con los pies firmes sobre la tierra y miles de sueños cimentados sobre la esperanza y la seguridad en si misma. “Si Hollywood es la ciudad del espectáculo, yo ofreceré el mío”, argumentaba la estrella, cuyos sentidos no sucumbieron deslumbrados ante el lujo y el ambiente fastuoso de la ciudad de las estrellas.

El apellido Montez, fue adoptado por la artista, de una bailarina llamada Lola Montez, pensando que se acoplaría a la perfección con su personalidad.

Malvados con Suerte, El Amo del Oeste, La Mujer Invisible, películas que no todas fueron el éxito que se esperaba, circunstancia que fue paliada con las que les siguieron, todas éxitos de taquilla., viviendo además la experiencia del cambio de color en el Séptimo Arte.

Jinetes del Desierto, fue la película donde se lució la actriz en escenarios espectaculares y diáfanos velos, que llevaban la magia de la pantalla al lejano Oriente.

Claro De Luna en Hawaii, donde hacía el papel de una rubia nativa de la Isla Principal.

La invitación extendida a la actriz por la Harvard Student Union, le abrió un nuevo camino entre la juventud que la hizo su ídolo.

Todo esto formó parte de su carrera en Hollywood, el vaivén de la fama, los aprestos por hacerse conocer, mucho trabajo y medianamente el éxito.

París! Aún le quedaba la maravillosa ciudad Luz, a la cual llegó de la manera en que debe llegarse a París, ¡Enamorada! Fue amor a primera vista, él un apuesto caballero, el actor francés Jean Pierre Aumont. ¿Te quieres casar conmigo? Preguntó el galán a la estrella, “si, me casaría contigo aunque mañana tuvieras que salir para la guerra”. El 13 de julio de 1943, contraían matrimonio, ciento doce veces se besaron los recién casados, pasada la ceremonia.

“Adoro a Jean Pierre porque me regala rosas blancas; si me regalara un fino obsequio de Cartier no me haría tan feliz”.

Las mil y una noches, Alí Babá y los cuarenta Ladrones, El ladrón de Venecia, La Reina Cobra, son películas de las que aún se habla.

Finalizada la Segunda Guerra Mundial, María y su esposo Jean Pierre Aumont, fijaron residencia definitiva en París, los franceses la adoraban.

María Africa Gracia Vidal, moría en septiembre de 1951, mientras tomaba un baño, en su residencia de Sureness, París.


De acuerdo a los médicos, el accidente sufrido por María pudo haber sido provocado por dos causas distintas:

Sufrió un paro cardíaco a consecuencia de un shock que el contacto con el agua caliente (45 grados Celsius) le produjo.

El calor del agua le provocó un desmayo y a consecuencia de éste se ahogó. No llegó a practicarse la autopsia, por lo que la verdadera razón de su muerte no pudo ser determinada.

En su país natal, República Dominicana, la noticia de su muerte causó gran consternación. Al igual que en todo el mundo, los periódicos nacionales publicaron la información en primera plana. Las primeras manifestaciones de duelo ocurrieron en Barahona, donde aún vivía su madre, doña Teresa, y numerosos miembros de la familia Gracia Vidal.

En Barahona, existe una calle y el Aeropuerto Internacional, con el nombre de María Montez.

La más transcendental herencia que dejó María a su muerte fue su gran hazaña de haber conquistado el estrellato a los 28 años, y pese a que venía de un país caribeño, apartó de su camino todos los obstáculos. En 1944, consolidada en los estudios de la Universal como la Indiscutible Reina del Tecnicolor, gozaba del privilegio de ser considerada la figura hispana más destacada de Hollywood.

Hoy en día, películas como Noches de Arabia, son calificadas como clásicos en su género, y exhibidas en salas de arte y universidades, sobre todo en los Estados Unidos.

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