Sola, en medio de la noche, en la aridez ardiente del día a día agotadoren la fecunda calma de escribir un poema y en el ansia acuciante del deseo.
Sola de pie, sentada sola y sola con el peso de la vida,
sin tener donde asirse,con las manos cansadas, ateridas y con la noche encima.
Sigue ver pasando estaciones, sabiendo que ya agotó la primavera,
camina evadiendo el invierno y pleno el corazón de sus dilemas.
No se rinde,
disminuye su aliento, cree morir a veces, se reinventa.
Todo se agota, su calma, su paciencia,
a veces hasta su esperanza,
se tambalea en el vaivén,
Casi naufraga en un mar de pesares,
se diluye en la espera, grita, se desespera.
Se contiene y aferrada a su esencia,
sigue esperando...
Quien dice que llorar es cobardía?
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