Te exalto por todos los que te ofenden,
Te honro por los necios que te escarnecen,
Te presento abierta mi conciencia para que leas en ella, la disculpa por todas las injurias físicas o de palabras que hayas podido recibir de parte de los energúmenos que te hacen víctima de sus arrebatos.
Pido tu perdón para los enfermos de mente y de alma, porque solo estándolo, puede alguien transgredir las leyes de la cordura y maltratar tu imagen, ícono adorable en el cual encontramos la redención y el consuelo a nuestra desesperanza.
Bendito seas por siempre y glorificado, Señor del Gran Poder de Sevilla!
No hay comentarios:
Publicar un comentario