Amar es suma de glorias, resta de desamores, es multiplicar el corazón y entregarse siempre.
Es amar después de amar y besar después de haber besado.
Es sufrir y comprender más allá de cualquier entendimiento, mas allá de la razón de si debió de ser, si estuvo bien o mal.
Amor es cruzar siempre el puente hacia el infinito sin preguntarse si estamos suficientemente abrigados, o si el frío nos cala las entrañas, total, si muchas veces ese frío cunde en la piel, aunque el calor agobie.
Lo que cuenta es amar, absorber los pétalos fragantes, sin tomar en cuenta que nos lleguen marchitos, o que nunca nos lleguen ¡No importa! Si amamos, siempre tendremos capacidad para cerrar los ojos y ver luz donde hay sombras y aroma y colores y sentir repicar las campanas, siempre tañendo a triunfo.
Desdichados los que nunca han sentido en su pecho la furia del corazón desbocado y en su piel el ardor de la pasión.
¡Indefinible!
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