La noche lo sabía
y lo sabe la tierra donde piso,
lo sabe mi almohada
y mi cama también,
saben que entre mis sábanas
guardo aquellas caricias
tan atrevidas, que hasta la luz del sol
se sonrojaba al verlas.
La sombra de la noche,
el arrullo de una música suave,
tu boca que se pierde en la mía,
Tu piel, la mía, dos cuerpos
que se entregan,
se reconocen, se moldean...
Los ojos que cómplices se buscan entre la sombra,
tus manos, que con malicia moldean mi silueta,
las mías que tiemblan inocentes
mis nervios, tu pícara mesura.
De repente llueve, me asusta la tormenta,
Estalla un trueno, casi convulsiono,
la luz se apaga y enardecidos
volamos en las alas de un trueno,
¡Tengo miedo!
Pierdo el sentido... ...
¡Ha sido un sueño!
Precioso poema y preciosa la foto. Una entrada encantadora en ese màgico mundo del amor que a veces parece un sueño, y a veces...lo es, pero !Què hermoso!
ResponderEliminarEntrañable la imagen, estimada Miuris.
Te envìo un abrazo desde Mendoza.
Me encanta que te trajeras el premio Miuris, te lo merecès por tu precioso Blog.
MARIELA, con cariño, desde Mendoza
Buen día Mariela, dice un dicho que al que madruga, Dios le ayuda, temprano hoy domingo te has levantado.
ResponderEliminarBueno, todavía somos perceptibles de sensibilizarnos ante la ternura de una imagen tan candorosa, lo del sueño es pura imaginación, elucubraciones que en un momento, nos acometen y las plasmamos, tratando de darle un matiz digerible para todas las mentes.
Ese premio lo luzco con el orgullo de que me lo otorgó mi apreciada amiga Mariela.
Un abrazo desde mi domingo bañado en lluvia.