La noche era larga y corta,
parecía que no terminaba
y sin embargo,
volaba casi.
Ya de mañana,
subía el aroma del café,
quedaban en la alcoba los recuerdos,
dispersos, en desorden, la cama,
el espejo con las formas retratadas,
parecía un milagro.
La cafetera sola hacía el café y
el agua se evaporaba...
Llegó la hora de partir.
Un adiós al portal y una lágrima
que nadie vio,
se quedó enredada en la reja,
se habrá secado?
Muero de ganas por repetir el beso.
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Esos dulces aromas amanecidos que nos recuerdan al amor, son los màs dulces de la vida, aùn en las distancias o ausencias. El cafè es còmplice de tantos momentos en la vida No?.Ayy! Què bello, cuàntas añoranzas.
ResponderEliminarBella entrega Miuris.
Un cordial saludo y buenas noches amiga.
Siiiii, cuando el café se quema, el olor cunde en la casa y lo sientes, pero no te importa, o en ese momento algo mas importante que el café está pasando, besos, despedidas, miradas furtivas, caricias...
ResponderEliminarEl café es un elemento que va unido, es un "instrumento" del amor, deberíamos hacerle un homenaje en ese sentido.
Gracias Mariela, buen martes.
Que gran entrada, llena de energía y optimismo!! Me paso por aquí todas las mañanas seguro!! :)
ResponderEliminarMe encanta tu blog, me alegro de haber encontrado un sítio tan especial. Yo también espero que seamos amigas además de seguidoras jeje, un abrazo!!
:)
Miuris!! Aquì estoy de vuelta para avisarte que tengo un Premio para vos en mi Blog. pasate cuando puedas a Buscarlo.
ResponderEliminarUn abrazo