Quisiera en la alborada de este día, ser dueña de la esperanza, posesionarme de la alegría, hacerme ama y señora de la felicidad.
Alejar de mi cielo las nubes negras agoreras de tempestad, dar la bienvenida a este septiembre que trajo en su equipaje un coro de ángeles que entonan para mi “Las Mañanitas” y sentirme arrullada por los trinos de las avecillas que tocan mi ventana.
Otro cumpleaños y otro septiembre que entre la hojarasca, volando al viento, se mete en mi piel y me conmueve.
Impúdico septiembre! Me despiertas y me obligas a sumar vivencias y restar angustias.
Me miraré al espejo y contaré las arrugas que me dejas este año, cuantas cicatrices, cuantas lágrimas y sobre todo, haré un balance de las sonrisas, de tantas emociones placenteras que me has dado durante este año.
Pasas de mi, o sobre mi? Me amas o me odias?
Me acorralas, estoy entre septiembre y el otoño, o me atrapas en tu mustiedad, o me visto de eterna primavera, te retaré en tu propio terreno, pero no me rendirás!
Me sobran ilusiones y sueños, acaso no sabes que soy dueña de las utopías?
Me encuentras multiplicando las ansias de vivir y dividiendo el tiempo en útiles fracciones, exprimiendo la vida, dejando en el tamiz los sinsabores y acumulo experiencias de cómo vivir cada día como si fuera el último.
Vuelo entre mariposas septembrinas que me irradian su esplendor y colores, y me hacen su musa.
Era domingo, aquel 7 de septiembre de un año cualquiera, arribé en tu nave, sin embargo, no me heredaste tu melancolía, o tal vez si? Ay creo que si, pero sabes? Solo a veces, porque soy como un cascabel que ríe y canta y me gustas septiembre, que caray, porqué negarlo, pero admite que la fascinación, yo te la imprimo. Me tienes hechizada, enamorada, ilusionada!
Haces surgir en mi corazón una explosión de identidad, me seducen tus colores ocres, tus lánguidas mañanas, noches de plenilunio que pintan de azul mi esperanza.
Te identifico porque en tus días, me acarició la luz por vez primera, plasmando el beso que al ruedo de la vida me lanzara y hoy me vistes con natal ropaje, no has podido conmigo, soy porfiada y rebelde y no me vencerás, por cada marca que dejes en mi piel, te devolveré experiencia, por cada reto de la vida, responderé con madurez, por cada amigo que falle, mi mejor sonrisa, por cada herida, la cura radical de mis dolores.
Un año más y un año menos, acepto el desafío, te apuesto a que por más septiembres que transcurran, no lograrás robarme la ilusión y cada año, la primavera, anidará en mis ojos, y mi sonrisa será la proyección de la satisfacción que como mujer, arranque al día a día.
Cada jornada es una pequeña vida, cada despertar, como si naciéramos de nuevo, hoy celebro haber robado a la existencia esa pequeña cuota de felicidad a que todos tenemos derecho.
Brindo por ti septiembre y por mi y romperé la copa para en simbólico arrebato, brindar con los ausentes que hoy me rodearán subliminalmente!
Contagiada de tu magia, quisiera volar a tu mundo de tules otoñales, a tu anuario de ensueño donde moran los dioses, en una media luz que invita al romance mientras tú giras, ebrio de emociones.
Deja que me pierda contigo en el éter infinito para ser simplemente, el azul del arcoiris.
¡Ay!¡¡ Me doy cuenta de que mi felicitación iba aquí!! Tienes un don Miuris,nos ofreces una parte de tu interior con una exquisita lírica.
ResponderEliminarFelicidades de nuevo =)
Graciassss, de verdad me haces sentir muy bien con ese afecto que me demuestras.
ResponderEliminarGracias otra vez, por tus palabras, por tu cariño.