No hay rima,
ni armonía.
No hay melodía,
ni luz.
Un labrinto,
un páramo,
un idioma que no entiendo,
un azul desleído entre añicos de sombra,
un gruñido feroz,
un camino cubierto de espinas
y un río revuelto con un lecho de lágrimas.
No habitamos la selva,
en la selva hay fieras sin antifaces,
en el mundo, seres perversos,
piel de cordero, corazón de diablo.
ni armonía.
No hay melodía,
ni luz.
Un labrinto,
un páramo,
un idioma que no entiendo,
un azul desleído entre añicos de sombra,
un gruñido feroz,
un camino cubierto de espinas
y un río revuelto con un lecho de lágrimas.
No habitamos la selva,
en la selva hay fieras sin antifaces,
en el mundo, seres perversos,
piel de cordero, corazón de diablo.
Lamentable realidad la que describes. llega al corazòn pues uno, internamente, sabe que es asì. El mundo y su perdiciòn, nosotros, los humanos... pero cuan inhumanos sabemos ser la mayorìa.
ResponderEliminarUn gran poema, querida Miuris.
Te envìo un abrazo
Si Mariela, es lamentable que habitemos un universo tan contaminado por los propios hombres y mujeres.
ResponderEliminarUn abrazo y muchas gracias amiga.
Sublime querida Miuris, un poema desgarrador. Estas palabras debieran llegar a todos los corazones para que más de uno reflexionara sobre ellas.
ResponderEliminarUn abrazo amiga, te deseo una linda semana :)
Así es Isota, son verdades a voces que duelen, ojalá tener el poder de hacer blandos esos corazones que hacen tanta maldad.
ResponderEliminarUn cálido abrazo amiga.