Casi te olvido,
será que ya me estás cansando?
Será que soy tan caprichosa
que me estás siendo indiferente?
En mis adentros,
sentía que algo me faltaba,
un no se que,
me mantenía entre el letargo y la costumbre,
no sabía que, no atinaba.
Abría la puerta de mi alcoba
y de repente te recordé.
Esta noche, casi de pena me moriría
si de repente no te recuerdo.
Es que, maniática de la vendimia,
cosecho uvas en el lecho, uvas en la alfombra,
las uvas sobre mi piel, me hicieron evocarte
y aquí me tienes, sembrando vid
y libando una copa de la cosecha,
para aturdirme y caer rendida
entre los brazos de Morfeo.
(Heyy, el olvido fue al blog, a nadie mas)
Y asì somos, a veces olvidamos a nuestros queridos amigos y compañeros !Ingratas de nosotras, con tantas alegrìas que nos dan!
ResponderEliminarTe envìo un gran abrazo Miuris y un hasta mañana amiga.
Yo no me quiero cansar de tus vendimias, jejee...buen poema Miuris,sigue cosechando uvas por todos sitios, y ofrecenos ese buen vino como hasta ahora lo haces ...un abrazo amiga
ResponderEliminarLeerte siempre me ayuda a imaginar cosas buenas y positivas .Ahora entiendo de verdad el título de tu blog, ¡porque las uvas nacen sólo de las ramas buenas! Y todo lo que nos escribes y transmites es así de bueno :)
ResponderEliminarPreciosa la foto también.
Un abrazo querida Miuris :)
Lo que sucede Mariela, es que el ser humano es vulnerable, por eso a veces en contra de nuestra voluntad o a conciencia, olvidamos detalles, amistad, parentezco.
ResponderEliminarEse abrazo entrañable lo siento como si en verdad estuviésemos juntas, gracias amiga querida.
No permitiré que te cases Carmen, cuento contigo para esa cosecha, ya sabes, prohibido faltar!
ResponderEliminarAbrazos
Mi querida Isota, me satisfacen tanto tus palabras, que decirte solo GRACIAS, me resulta poco, la gratitud la siento yo por ti, por ser tan amable conmigo.
ResponderEliminarUn abrazo tan y tan entrañable, que lo siento como si verdaderamente, estrecháramos este afecto que nos une.