Le pregunté al ocaso,
indagué entre las nubes,
estuve a la orilla del río
y me gritó desde su fondo,
que allí habías escrito mi nombre,
que sembraste las piedras
y con ellas creaste cada letra.
El ocaso y las nubes me contaron
que les habías jurado que me amabas.
Miré hacie el cielo, y rompiendo el azul,
vi que dos corazones
engarzados en un beso,
danzaban en el éter.
Faltaba el mar,
hasta él caminé,
y en una caracola, encontré escritos dos nombres,
el tuyo y el mío
y una palabra:
Amor.
indagué entre las nubes,
estuve a la orilla del río
y me gritó desde su fondo,
que allí habías escrito mi nombre,
que sembraste las piedras
y con ellas creaste cada letra.
El ocaso y las nubes me contaron
que les habías jurado que me amabas.
Miré hacie el cielo, y rompiendo el azul,
vi que dos corazones
engarzados en un beso,
danzaban en el éter.
Faltaba el mar,
hasta él caminé,
y en una caracola, encontré escritos dos nombres,
el tuyo y el mío
y una palabra:
Amor.
!Què bonito poema de amor Miuris! Dulce, tierno y especial. preciosas imàgenes viene a la mente al leerlo.
ResponderEliminarUn gusto disfrutar de tus letras esta noche, querida amiga.
Hasta mañana!
Que note mas bonita te conto el ocaso...precioso Miuris,es un placer vendimiar por aquí...un abrazo
ResponderEliminarhola Miuris,
ResponderEliminartienes el don de enternecerme cuando te leo....
Es agradable venir a leerte.
un fuerte abrazo^^
Hola Mariela,
ResponderEliminarposiblemente el poema te parezca bonito, porque amas y verdaderamente al evocar escenas vividas, la emoción aflora.
Gracias amiga por acompañarme en esta cosecha que trato de lograr.
Abrazos
Hola Carmen, pues si, siempre consulto el ocaso y el crepúsculo, uno y otro son mis aliados.
ResponderEliminarUn abrazo grande y mi gratitud eterna querida amiga.
Ay Rebecca, tu si me has enternecido a mi con esas palabras, gracias por visitar estas vendimias.
ResponderEliminarUn cálido abrazo querida amiga.