Amistad por medio de un blog

Hace casi un año, nadie me habría dicho que tener un blog, era algo así como una casa, una estancia en la cual te sientes tan confortable, que no deseas abandonarla.

La verdad sea dicha, ami los blogs, hasta me parecían odiosos, pensaba que eran la triste imitación de una página web, con ínfulas de gran poder informático.

Mis Vendimias, y otros blogs de mi propiedad, fueron creados en el 2007, no los hice yo, entonces solo estaba dedicada a mis tareas de escritora y a investigar, eran las cosas que me llenaban sin competencias de nada más.

Mis hijas que me construyeron los blogs siempre me decían, “mami, no me digas mas que te haga un blog, ni caso le haces”.

En Sevilla, me enteré del surgimiento de Blogueros de Sevilla y leyendo como siempre el acontecer sevillano, me puse al tanto del directorio de blogs y de inmediato, desempolvé el umbral de Mis Vendimias, era el título que siempre me sedujo, no recordaba ni la clave para entrar, antes aún de aprender las intríngulis de Blogger para manejar el blog, lo inscribí en Blogueros de Sevilla y me puse en contacto con estos, olvidé un poco el asunto, y un día que estaba curioseando entre los diversos blogs, leí sin poner mucha atención un tema que salía como última entrada publicada en Blogs de Cultura, cuando empecé a leer, no me di cuenta, pero a medida que leía más, abrí los ojos y me dije, pero esto lo escribí yoooo, claro, estaba leyendo Blogueros de Sevilla y ya habían aceptado mi blog.

A partir de ahí, un nuevo mundo, el virtual, se abrió paso en mi vida, ya que aunque estaba habituada a los comentarios sobre mis artículos periodísticos, no es lo mismo.

Todo lo que sea escribir, es importante para mi y Mis Vendimias empezó a crecer, escribía a cualquier hora que me surgiera el deseo de hacerlo, luego me organicé y adopté la costumbre de escribir por la noche.

Increíble lo que me ha ayudado a crecer en la parte humana, a sensibilizarme con cualquier circunstancia que merezca ser publicada, me ha hecho más poeta, ya que a diario, escribo un poema, bueno, que me perdonen mis detractores, yo les llamo poemas, mucha gente me llama poeta y resiento poeta.

Mis Vendimias, me ha regalado una cosecha de amistades, mujeres y algunos hombres que se van sumando, blogueras de España, de Argentina, Perú, Alemania, Brasil… prodigiosamente conformamos un grupo de mujeres unidas por la misma pasión de escribir, cada una con su estilo, cada una con sus luchas, cada cual con su vida, su espacio, cada una librando batallas, lidiando con el día a día, diferentes, distantes, pero unidas por un hilo conductor que mas que aisladas, nos mantiene atadas y cada una está pendiente de la otra y aunque no siempre lo que escribimos, son vivencias, hasta musimos a veces el estado de ánimo, por las letras.

Hay comentarios infaltables, se han hecho una costumbre, es como el saludo lejano y afectuoso que al iniciar el día en mi caso, con horarios tan desiguales de hasta seis horas de diferencia, cuando no recibo el comentario de Mariela, me pregunto, que le estará pasando, o cuando tarda en llegar el de Carmen Silza o el de Isota, el de Rebecca.

Eva y Paloma, madre e hija, mexicanas cuyo blog es una tierna entrega de amor maternal, superando uno de los azares de la naturaleza.

Se suman más cada día, Nela uy que miedo, la Re-portera más chismosa, Pili la gauchita, que se autodefine como loca, pero que de loca nada ah.

En cuanto a los caballeros blogueros, El Poeta del Cielo, con su amor por Marta, constante, que lo grita con valentía, sí señor, así se hace, Boris, “aficionado a la poesía y a la cultura religiosa”, en su rincón, plagado de inspiración, Paco Hidalgo con su Arte Torreherberos, una verdadera escuela de arte, mis compatriotas Cristino, residente en Costa Rica y K-chiro, el jainero soñador en Tenerife y otros más que de vez en cuando traspasan el umbral y participan en la cosecha.

Una cadena de afectos tejida en la red, físicamente lejanas, tal vez nunca lleguemos a mirarnos frente a frente, sin embargo, el despliegue de ternura, de simpatía, ha nacido y permanecerá, no cabe duda de ello y entre todos, haremos la inmensa cosecha de una amistad perdurable.