Háblame, dime,
cuéntame que sientes,
lo que piensas,
cómo son tus días,
que haces en tanto tiempo,
nunca me dices nada.
Para engañar al tiempo,
voy rozando los límites de la noche,
y cuando solo el viento
habita el espacio,
recojo de la sombra la nostalgia,
y me encuentra la aurora inventando sonrisas.
Sabes?
Estoy sembrando vid,
en un pequeño huerto planto
una semilla,
cada día la riego,
cuando germine,
dibujaré tu nombre,
porque será tuya la cosecha.
Yo sembraré en todos los días de mi vida,
y entre los dos,
haremos la vendimia
que el tiempo nos permita,
una hora, una noche, un día,
todos los días que perdure la existencia,
o una eternidad para embriagarnos,
sin pensar que hay mañana,
o que existió un ayer.
Ayy! !Què bonito Miuris! Ojalà tus Vendimias con el amor sean eternas.
ResponderEliminarUn poema para recordar.
Me lo llevo en el corazòn por su sentido y su significado.
Te dejo un abrazo desde Mendoza
Que bonitas son tus vendiamias,haber cuando me invitas a recoger esa una jeje...ha sido un placer leerte Miuris un abrazo amiga
ResponderEliminarAyyy Ojalá!!
ResponderEliminarCelebro que te gustara Mariela, es uno de esos intentos que salen sin llamarle.
Gracias amiga, abrazos para ti.
Querida Carmen,estaría bueno que una dominicana enseñara a vendimiar a una española, no se si hay viñedos en Murcia, de todos modos, mis vendimias, es una osadía, es que soy atrevida amiga y la vendimia, el mundo del vino, desde siempre me ha impresionado, pero nada, vente pa'cá y entre las dos recogeremos esa cosecha, me encantaría que pudieramos darnos un abrazo entrañable.
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