que llevó a la quiebra a Hacienda, empobreciendo la ciudad. Alfonso X, fue el Rey que arruinó la economía de la ciudad.
Sancho, el hijo de éste, fue apoyado y reconocido como rey, alzó sus armas para sustituir al padre que se había refugiado en Sevilla, disfrutando de la fidelidad y amparo de la única ciudad que lo respaldaba.
Sancho, no solo acató ese dictamen, sino que permitió que continuara mientras viviera su padre.
La conducta de fidelidad, motivó que Alfonso X, en el ocaso de su existencia, entregase a la ciudad de Sevilla, el estandarte que con el tiempo se convirtió en un emblema.
El emblema expresaba la gratitud al comportamiento de la ciudad: "Sevilla no me ha dejado", que en el habla popular, se traduce "No-madeja-do", Este es el símbolo que lo representa:
"No-8-Do".
Es conveniente aclarar a los que lean que no son sevillanos o andaluces conocedores de la historia, que en medio de las letras, lo aparenta ser un número 8, no es otra cosa que una madeja, de ello se deriva, el término "madejado": "No-madeja-do.
Acompañan al lema en el escudo, San Fernando, San Leandro y San Isidoro. En la actualidad el "No-8-Do", figura en la bandera y escudo de Sevilla, es además un símbolo que desde que aparece, se sabe que estamos ante algo que tiene que ver con Sevilla.
Alfonso X "El Sabio", nació en Toledo en 1221 y murió en Sevilla en 1284.
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