Es una necesidad hablar de los Seises, no en cualquier parte del mundo existen, están en Sevilla y Sevilla, es muy Sevilla para mantenerla viva.
La capital andaluza es una de las ciudades españolas que con más apego festeja la Semana Santa,
es tal vez el único lugar en el mundo donde desde antes del miércoles de Ceniza que da inicio al período cuaresmal, se ponen de manifiesto parte de los emblemas más importantes de ese período religioso.
Los Seises, por consiguiente, no pueden obviarse cuando de Semana Santa sevillana se trata.
Se ignora la fecha precisa de su incursión en la Catedral, aunque todo concuerda en que su aparición, está ligada estrechamente a la Procesión del Corpus.
Eran diez niños que acompañaban los cantos litúrgicos y las solemnidades religiosas.
Seis en origen, de ahí se deriva el nombre, luego se sumaban más, el número exacto fue cambiando con el tiempo, en la actualidad son diez niños que integran el grupo,
hasta que sus voces vayan cambiando de acuerdo con su edad.
Además de cantar, ejercitaban una danza que despertó muchas protestas, aludiendo irreverencia ante el altar, ya que además usaban sombreros que no se quitaban dentro de la Catedral.
La tradición sin embargo, fue más fuerte que las críticas y los Seises se mantienen como una de las costumbres mas hermosas, es posiblemente el más valioso tesoro de la Catedral de Sevilla.
Tres veces al año, disfrutan los sevillanos del canto y baile de los Seises, el Triduo de Carnaval, Octava del Corpus y Octava de la Inmaculada. Su indumentaria ha ido cambiando con el tiempo, han vestido como pastorcillos, angeles y peregrinos, hoy visten como pajes.
Es un acontecimiento digno de admirar, ver a estos niños en su accionar, van desde el Coro Catedralicio, hasta el Altar Mayor, ante la presencia del Altísimo, arrodillados y reverentes, inician su danza al son de las coplillas que interpretan acompañados de la Escolanía Virgen de los Reyes. Baile suave, solemne, candoroso.
Sevilla con su hechizo hace casi mágico el preludio y la Semana Santa propiamente dicha, estos días de ceremoniosas procesiones, que impregnan las calles de un sentimiento y aroma de misticismo, evocar el origen de los Seises, ayuda a los foráneos, a entender mejor la Semana Santa sevillana.
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