se marchó una noche sin decir adiós.
Se perdió en la sombra, no se sabe de ella.
Cuanto le han buscado!
Quien sabe de ella?
Puentes de Sevilla, vieron donde la lanzaron?
Oh río, no pareces comprender el vacío
que su ausencia ha causado en sus padres?
El Guadalquivir calla, han hollado hasta su fondo,
ni rastros de ti.
Ahora te buscan en Caño Ronco y luego que sigue?
Pobrecita niña de ojos tristones, donde te llevaron?
Vuelve a casa en sueño, entra sigilosa
y quedo al oído dile a tu madre, donde te dejaron.
La Navidad recién acababa
y tu de seguro que ya preparabas tus galas feriales.
Un año ha pasado y tus leves pasos,
extraña Argantonio.
Pobrecita niña, nunca imaginaste que entre tus amigos,
ocultas estaban las manos verdugas.
¿O si lo adivinaste?
Te dejo una luz para que una noche,
salgas de tu encierro, vuelvas a tu casa
y digas a tus padres,
donde te escondieron,
aquellos malvados
que con tanta saña,
cortaron tu vida.
Ellos ignoraban que contigo,
robaban también la alegría de
los que te dieron la vida.
Marta, niña sevillana de mirada triste.
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