En la ribera de mis sueños,
a solas caminaba
presintiendo una sombra,
no te había visto,
no me conocías,
pero eras la sal de mis quimeras,
de mis realidades, de mis utopías.
Eras tu!
Tu la sombra proyectada en mis sueños,
tu la presencia que borró mis utopías,
la sal que deritió mis quimeras.
Ahora somos dos,
dos para comprenderse,
para caminar juntos.
Dos para acompañarse
en el largo desvelo de una noche,
en los días de lluvia.
Dos para mirarse al fondo de los ojos,
para amarse hasta siempre.
a solas caminaba
presintiendo una sombra,
no te había visto,
no me conocías,
pero eras la sal de mis quimeras,
de mis realidades, de mis utopías.
Eras tu!
Tu la sombra proyectada en mis sueños,
tu la presencia que borró mis utopías,
la sal que deritió mis quimeras.
Ahora somos dos,
dos para comprenderse,
para caminar juntos.
Dos para acompañarse
en el largo desvelo de una noche,
en los días de lluvia.
Dos para mirarse al fondo de los ojos,
para amarse hasta siempre.
!Cuànto amor delineas hoy en tus versos, querida Miuris! Un gusto detenerme en tu sentir , hoy tan profundo y romàntico.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo desde mendoza
Si mucho amor y expresado de forma preciosa...fellicicdades...un abrazo Miuris...gracias
ResponderEliminarAy Mariela, es que soy una fanática del amor en todas sus vertientes, este amor pasional, objeto de mis loas, me seduce, me encanta dejarme llevar por él y expresar de mil maneras su significado.
ResponderEliminarClaro que son apreciaciones personales, cada uno lo siente y expresa a su manera.
Gracias amiga por dejarme aquí tu huella, recibo tu abrazo y enlazo con el mío a tu ciudad encantadora.
Mira quien lo dice, Carmen Silza, tejedora de ensueños que hacen rodar y volar a quien lee sus inspiraciones.
ResponderEliminarMi gratitud y un abrazo fuerte.