No me hieren los clavos
que en el camino agreste,
hacen sangrar mis pies,
hiéreme mas el llanto que derramo,
herida por el látigo invisible,
con que me azotan,
quienes sin pensarlo,
lesionan mi conciencia.
No me hieren tampoco
los hechos o palabras
de quien no me conoce,
hiéreme en carne viva,
la indolencia de los que
indiferentes,
se hacen ciegos y sordos
ante la angustia,
los que solo acuden a los gritos,
cuando ya no hay remedio,
de aquéllos que pudiendo ser bálsamo,
son caricaturas de ironía.
Pobres diablos!
Son tan necios,
que ni cuenta se dan,
de que su insensatez,
causa dolor.
Miuris hola guapa...si te apetece tienes un regalito en rodar y volar...gracias por tus comentarios y por aceptarme..
ResponderEliminarHola Carmen, claro que me apetece, me encantan los regalos, recibirlos y otorgarlos, voy pa Rodar y Volar, a buscar mi regalito.
ResponderEliminarEs un placer entrar en tu blog, me encanta la seguridad y adultez con que escribes tus poemas.
Aceptarte? Claro, amigas de verdad.
Un abrazo