No quiero ser un grito que se pierde en la noche,
prefiero ser aroma permanente.
Una huella constante en medio del camino,
que ni el tiempo, ni la lluvia arrasa.
Eso y más,
no la simple caricia que se toma y se olvida.
Un yo fui o pude ser,
más que eso, quedarme
sin permitir que el tiempo,
cuelgue sobre mi pecho,
la etiqueta del olvido.
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