Jugábamos a pintar la vida,
lápices de colores bailoteaban entre los dedos,
nunca fue más ingenua la ilusión.
El día, el sol y la sonrisa,
la noche y el aroma mezclado de las flores,
la luna envidiaba mis sueños.
La vida era solo un carrusel,
vueltas van, vueltas vienen,
y el corazón vibraba
al igual que las alas de una mariposa.
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