La tarde está cayendo y en su
velo,
envuelve la daga sangrante
todavía,
quiere enterrar en el crepúsculo
la palabra que orada con su filo
el corazón.
Lo que nunca podrá el velo de esta noche,
es ocultar que a pesar de que te
quise,
hoy ya no dices nada a mi piel,
ni a mi alma.
La tarde con su manto,
sepultó entre su sombra, aquel
amor.
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