Al
final de todos los caminos,
desde el
inicio de todos los instantes
y el
nacimiento de todos los proyectos.
Desde
que el mañana y el ayer devoraron el presente,
desde entonces
y para siempre,
laberinto
y destino,
son una
sola carne.
Y nosotros,
cada cual buscando una salida,
nos perdimos en un interminable
desencuentro.
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