No me preguntes nunca porqué callo,
porqué se pierde en lontananza mi mirada,
o mi risa se tiñe con matices de llanto.
No indagues porqué como una fiera me defiendo,
o porqué mis suspiros envuelven mis silencios.
Acaso no lo sabes?
Pregúntate a ti mismo,
profundiza en tu ser, en tus palabras,
no busques en mí una respuesta, que solo habita en
ti.
No me preguntes lo que sabes.
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