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domingo, 25 de julio de 2010

Carta al Amor

Desde la inmensidad de esta cálida noche, comulgo contigo en la distancia casi infinita de nuestros cielos.

Es una noche como otra cualquiera y casi sin darme cuenta, abro el umbral de mi alma, miro por las oquedades que deja abierta tu ausencia buscando la complicidad de las estrellas, voy mendigando a la noche un poco de su luz, esperando ver en el resplandor de sus astros algo de ti.

Cierro los ojos deseando, destellarme con tu mirada, airearme con tu sonrisa, bañarme con tu magia.

Camino, levanto los ojos al cielo, quisiera llamarte, pero mi voz se perdería en el éter, no me hace falta porque yo se que aunque no abra los labios, tu corazón me siente, quisiera derribar las barreras del tiempo, romper los límites y atravesando tu ventana, perderme en el hueco de tus brazos y sentir la energía de tu piel arropando la mía.

Tengo sueño, soñaré contigo como siempre, sube y baja el telón de la vigilia, me despabila el olor del café, siento unas pisadas, hay una luz lejana, viene de la cocina, estoy soñando? O acaso eres tu? Será que el sueño es la realidad y la realidad se ha vuelto fantasía?

He soñado despierta.

Ahora me voy a dormir, quiero cerrar los ojos y perderme en la inconciencia del sueño, mañana al despertar todo será igual, pero habré vivido la experiencia de tenerte en mis sueños.

1 comentario:

  1. Y cuanto nos llenan el alma esos sueños, acercando en la distancia al ser amado hacia nosotros.
    De esos sueños, a veces, soñamos no despertar. Pero la vida es tan bella que nos espera la esperanza del pronto reecuentro, cuando èl vaya hacia ti y aquel sueño sea una realidad palpable.

    Esta entrada me ha encantado. Es preciosa.

    Mis Felicitaciones por tan bella inspiraciòn, querida Miuris.

    Un abrazo en la distancia, amiga mìa y dulces sueños!

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