Cuando esta frágil copa de mi vida,
que de hermosuras rebosó el destino,
en la revuelta bacanal del mundo
ruede en pedazos, no lloréis, amigos.
Haced de un rincón del Cementerio,
sin cruz ni mármol, mi postrer asilo,
después, ¡oh! Mis alegres camaradas,
seguid vuestro camino.
Allí, solo, mi amada misteriosa,
bajo el sudario inmenso del olvido,
¡Cuán corta encontraré la noche eterna
para soñar contigo!
Fabio Fiallo
Santo Domingo 1866
La Habana, Cuba 1942
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Hermosa entrada. Un poema glorioso Miuris.No conocìa al autor. Excelente!
ResponderEliminarUn abrazo desde mendoza.
Este poeta es dominicano, fue uno de nuestros mas excelsos autores, la delicadeza y finura de sus letras, era conmovedora.
ResponderEliminarBuena noche de domingo y un caluroso abrazo, devuélvemelo con un poco de ese frío que disfrutan.