Que pasaría si nos cansáramos un día de seguir leyendas o fantasías? La historia de Cupido
por ejemplo, ha acribillado con su flecha a mucha gente, a diestra y siniestra lanza sus dardos
empapados de veneno.
Este niño travieso y juguetón ha matado mas personas que todos los muertos en todas las guerras y batallas.
¿Porqué no lo matamos? De esa manera ya no habrá más San Valentín, si total es un negocio redondo para
los comerciantes, los pobres enamorados cuya billetera o tarjeta de crédito queda desvencijada desde Navidad y Reyes y encima, a los pocos días tienen que hacer frente al imperativo llamado de San Valentín, flores,
joyas, detallitos especiales, peluches, chocolates...
El amor es otra cosa y si en verdad son importantes los detalles, puede ser más nocivo que positivo,
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