AL AYUNTAMIENTO DE SEVILLA

Atención:

Alfredo Sánchez Monteseirín,

Honorable Alcalde de Sevilla:

En apenas dos días, Sevilla conmemora el aniversario de la muerte de Antonio Machado.  A setenta años de su muerte, su nombre continúa siendo un emblema para España y pueblos de Iberoamérica.

Nacido en Sevilla el 26 de julio de 1875, muere en Francia el 22 de febrero de 1939. El autor de Campos de Castilla, es un tesoro de las letras para el mundo y tomando en cuenta su relevancia, me permito hacer una sugerencia  al Ayuntamiento de Sevilla que consistiría en la elaboración de una ruta con los sitios que tuvieron impacto en la vida del poeta.

Existen en España una serie de  lugares emblemáticos que por una u otra razón, fueron de vital importancia para Machado.

Podría dar inicio en Sevilla, su ciudad natal, que es por supuesto el lugar donde más puede recogerse su esencia. Jaén, Baeza, Soria, Segovia,  donde el ambiente cultural  muy acorde a sus preferencias captó su preferencia.

Madrid, Barcelona, marcha a Valencia cuando estalla la Guerra Civil, allí estuvo hasta 1939, para luego partir hacia Francia pasando por Viladasens  en Girona, este pueblo fue testigo de su angustiosa espera, del 26 al 28 de enero de 1939, última noche que pasó en su tierra. La tarde del 28 de enero le alcanza en Colliure, Francia. El país galo fue el hábitat donde el célebre autor de “Campos de Castilla”, dejó impresa nostalgia, soledad y fracaso. Una vida marcada por una inspiración envidiable, pero signada a la vez por el infortunio, estampada por una especie de designio negativo, recordemos que   Leonor su joven esposa había muerto años atrás víctima de la tuberculosis y su amor otoñal por Guiomar, era un imposible, a todo esto hay que sumar los nefastos acontecimientos por los que pasaba su tierra.

Es fácil elaborar la lista de los pueblos que el poeta hizo confidentes de su angustia, protagonistas de sus letras, dejando en cada uno, algo para recordar.

París le conoció en el esplendor de su esperanza, allí hizo amistad con Rubén Darío y en Madrid conoció a Juan Ramón Jiménez, un nuevo aliado de su númen.

La Ruta de Machado, solo un proyecto fruto de la fantasía de una seguidora  de la obra de Machado, es solo un sueño, ojalá se convirtiera en realidad y la ruta, partiendo de Sevilla y visitando los pueblos machadianos, llegue al cementerio de  Colliure para  que sus componentes sean testigos de las flores y las miles de cartas que llegan hasta la última morada del “Quijote de causas perdidas, amador de las musas prohibidas, soñador con los ojos abiertos”.  

La sugerencia está lanzada, queda en usted, la decisión de sopesarla y si la cree factible, ponerla en práctica, esta servidora será parte de esa ruta soñada.