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sábado, 27 de febrero de 2010


Juan Pablo Duarte, fundador de la Sociedad Secreta La Trinitaria y Francisco del Rosario Sánchez y Ramón Matías Mella, los dos principales trinitarios que en ausencia suya, continuaron con el proyecto de libertar la tierra quisqueyana, hasta entonces, sin nombre y sin bandera.


Un día como hoy en el año de 1844, los ilustres conjurados de la Sociedad Secreta La Trinitaria, acudieron al Baluarte del Conde, había llegado el momento supremo y aunque no todo había salido como se había planificado, las circunstancias adyectas que vivía la tierra dominicana, no admitía mas esperas, era inminente buscar la solución.

Los hombres presentes en el lugar, dispuestos para la gloriosa empresa eran pocos, pero eran valientes y no iban a amendrentarse, ni dar un paso hacia atrás.

La noche del 27 de febrero de 1844, Ramón Matías Mella al mando, disparó el célebre trabucazo, fue el hito que inició la victoriosa Independencia Nacional, de esa manera nos liberábamos del yugo haitiano que había hecho del territorio de la isla de Santo Domingo, una sola Patria, la haitiana.

Desde entonces, muchos han sido los obstáculos a vencer,los mismos que continúan oprimiendo a un pueblo que siendo soberano y viviendo en una supuesta democracia, vive sin embargo, atado a las cadenas de poderosas influencias nativas que han desfalcado y socavado no solo las arcas del Estado, sino también la conciencia de los dominicanos.

Quisiera decir que la Independencia nos hizo libres y es verdad, quisiera afirmar que los dominicanos que a través de los años han empuñado las riendas del poder, han sido fieles a los preceptos enunciados en el juramento de los Trinitarios, no obstante, en honor a la verdad estoy obligada a decir que ha sucedido todo lo contrario, que hoy si cabe, estamos más sojuzgados y duele más la opresión, ya que son nuestros propios hermanos de sangre los que enlodan el nombre de la nación dominicana, ante esto, decir que somos absolutamente libres, sería tratar de opacar con un dedo la luz del sol prodigioso tropical que nos alumbra.

A pesar de todo, ¡Viva la República Dominicana!

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