JUAN PABLO DUARTE
Cuando solo éramos una porción de isla dominada por huestes foráneas, luminosa y esperanzadora,
brotó la idea idea de la libertad en el cerebro del mas ilustre de los dominicanos: Juan Pablo Duarte.
Eran tiempos difíciles, nuestra gente no conocía todavía el significado de vivir en libertad y cómodamente se dejaba llevar por lo que otros ordenaran, Duarte ideó la Sociedad Secreta La Trinitaria, en ella se reunieron los mejores talentos de esta tierra fértil y mil veces lacerada por la mano hasta de sus propios hijos.
La noche del 27 de febrero de 1844, desde el Baluarte del Conde, un monumento nacional que data de los tiempos de la Colonia, fue lanzado el célebre trabucazo que marcaba el comienzo del nacimiento de la República Dominicana como nación libre e independiente.
Desde entonces hasta acá, hemos vivido dictaduras, tiranías, engaños, nuestros derechos han sido violados, nuestros bienes hurtados, los malos dominicanos han puesto de rodillas a la Patria, la han hecho extender las manos en pos de la misericordia internacional, porque han robado su tesoro.
Como dominicana, siento la necesidad de implorar perdón al mundo por esta imagen lamentable que muchas veces reciben de República Dominicana, una tierra merecedora de mejor suerte.
Oh Quisqueya, quien te hubiera dicho que hoy son los que llevan tu sangre quienes te pisotean y dan a tus hijos una supuesta democracia, cundida de falsedad y engaños, ellos te vilipendian, ofenden tu suelo sagrado y tu bandera, nos mantienen encadenados con eslabones invisibles y hacen creer al mundo que son abanderados de la verdad y la justicia.
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