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jueves, 11 de febrero de 2010

¡AY NO POR FAVOR!

No puedo concebir la idea de que la mujer hoy en día, deba fingir un placer que no siente, si lo hace, ella misma se estaría convirtiendo en víctima. No es cuestión de seguir patrones de mentidas liberaciones, sino de estar consciente de que no siempre es ella, la causante de tal anomalía.
El informe sobre "Hábitos de salud sexual entre la población española", efectuado por Pfizer y cuyos resultados publicó el diario ABC, asusta por las consecuencias que pueda desatar.
Siglo XXI, difundido como el gran salón de las inhibiciones ¡Por Dios! Si nosotros mismos no cooperamos con la erradicación de patrones conductuales marcados desde antaño, jamás dejaremos de actuar primitivamente.
Se ha avanzado sexualmente, pero seamos francos, ¿Existe verdadera libertad y comunicación entre pareja?     
Se habla del "teatro" de la mujer y es que que por razones obvias, el hombre no podría hacerlo, sin embargo, actúa éste de la manera correcta para para hacer que su compañera tenga la suficiente confianza de hacer o decir? ¿Le otorga el derecho que le corresponde como ser humano de pedir lo que quiere?
Habrá quienes lo hagan, otros en cambio ante semejante "liberación" se escandalizan y piensan que ellas aprenden con otros, escenas "pecaminosas" que serían optimas en la cama de la segunda.
La actividad sexual no es un juego de niños, sino un acto efectuado por dos personas maduras y responsables, cada una de ellas tiene una cuota que cumplir, no es solo la mujer la que debe llevar la peor parte cuando no sale bien.
Debe ser tomado como lo que es, parte fundamental en la vida de pareja, dar ambos la cara, nada de dolorcitos de cabeza fingidos, supuesto agotamiento o estrés que pueda llevar a la pareja a un limbo sexual, si es para eso, mejor ni lo intenten, dense la espalda y duerman tranquilos, la rutina es enemiga del amor.
Si el estudio en cuestión no ofrece alternativas al problema de la PAREJA que está en esa clase de apuros, no sirve para nada.
¿Cántabros los más contentos? Eso arroja el análisis de la Pfizer, Humm, no me lo creo, ¿Donde queda entonces la cachondería natural de los andaluces?  


1 comentario:

  1. Querida Miuris, en Andalucía se vive mucho la calle y el terciar con los amigos. Esto conlleva el beber quizás con exceso habitualmente, y ya se sabe que el mucho beber implica...el poco joder. Siento decepcionar con las "expectativas" regionales en este aspecto.

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¡Brindis!

Esta es la mejor cosecha, el brindis exquisito de las letras.