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lunes, 22 de febrero de 2010

¡BIENVENIDO A SU TIERRA!

Sevilla vive estos días la natural euforia que ocasiona la visita de una muestra que estará expuesta hasta el mes mayo, se trata de la exposición "El joven Murillo", en el Museo de Bellas Artes de la capital hispalense. Inscribiéndose desde ya, como una excelente exhibición,son 42, las obras de su juventud e inicios de su madurez, más los lienzos que sobrepasan la veintena, propiedad de la pinacoteca sevillana.
La exposición se compone de obras cedidas en calidad de préstamo por destacados museos como El Louvre, El Prado, Bellas Artes de Valencia, Ayuntamiento de Glagow, Instituto Arles de Detroit, Fundación Focus y otros.
La obra de Murillo se caracteriza entre otras cosas, por estar repartida en diversos lugares de la geografía universal.
El Maestro del barroco, nacido en Sevilla en el año1617 y muerto en Cádiz en 1682, legó a la posteridad un magnífico autoretrato, donde muestra su espléndida juventud, de gran valor pictórico, es una de las obras que da inicio a la senda organizada para admirar la exposición que continúa abarcando pinturas de valioso contenido artístico y calidad pictórica.
Termina con siete pinturas que representan una conocida faceta del genio sevillano, santos penitentes, perdidos en éxtasis que el pincel del Maestro plasmó con tal discernimiento, que si fuera en contra de las reglas museísticas, aseguro que más de uno estaría tentado de tocar, para constatar si verdaderamente, se trata de pinturas.
Crítica ciento por ciento positiva, no podría ser de otra manera, ya que por ser tan perfecta la muestra, no parece haber salido de las manos del hombre.    
  

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¡Brindis!

Esta es la mejor cosecha, el brindis exquisito de las letras.