Todo el amor, todo el dolor, todo el placer,
la angustia, la ansiedad, la soledad.
Todas las desazones, los delirios y anhelos,
la impaciencia, la calma y la tormenta.
Todo el camino, el descanso, la tregua,
utopías y sueños, ansias y desencantos.
Todo lo padecí, todo lo batallé,
tropezando, cayendo, soportando.
Después contuve miedos, turbaciones, recelos,
y me hice dueña de la fuerza que me dio libertad
para ser ama absoluta de toda mi voluntad.
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