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jueves, 16 de agosto de 2012

La Restauración


 
El 16 de agosto, los dominicanos conmemoramos un  aniversario más del inicio de los actos bélicos, que dieron como resultado, una contienda por la restauración de la Republica Dominicana, cuya independencia había sido proclamada el 27 de febrero de 1844.
 Desde su fundación, la independencia estuvo amenazada por las luchas internas entre los fundadores y otros  grupos que protagonizaron contundentes actos de presión que terminaron por romper la incipiente libertad del pueblo dominicano.
A las luchas de intereses entre los dominicanos, se sumaron invasiones, amenazas y presiones de los haitianos, que abogaban por la unificación de la isla, basados en falsos alegatos que según ellos, les otorgaba el Tratado de Basilea.
Francia, España, Inglaterra y Estados Unidos de América, ejercían presiones en contra de la soberanía nacional y en apoyo a los grupos anti restauradores, ya que pretendían mantener en territorio dominicano, defensas armadas para llegado el momento, atacar a otras potencias.
En el caso de los haitianos, ya que ellos sólo querían esa parte de la isla para evitar que cayera en manos de alguna de esas potencias y en caso de verse atacados, dar a Quisqueya como botín de guerra, en un eventual acuerdo de paz.
En este estado de  inestabilidad social, política y económica y en medio de los constantes cambios de gobernantes y el revanchismo político, el país pasó sus primeros años de vida republicana, hasta que el 7 de julio de 1857, estalló en el Cibao, un movimiento conocido en la historia dominicana como la Revolución de Julio que terminó con el derrocamiento del segundo gobierno de Buenaventura Báez y abriendo el camino para el tercer y último gobierno de Pedro Santana.
En 1860 empieza a germinar la anexión a España, apoyada en una antojadiza exposición que escribió Santana a la reina Isabel II, en la que argumentaba entre otras cosas, que el hecho de tener el mismo origen, religión y costumbres "nos inclinan a desear encontrar esa estabilidad en una más perfecta unión con la que fue nuestra madre patria que la que existe y seguramente nos presentará mejor oportunidad que las que ofrecen hoy las circunstancias".
Como resultado de esta solicitud, llegó a Santo Domingo el general español Gutiérrez de Rubalcaba para estudiar la situación y rendir un informe, que fue favorable a la petición de anexión y Santana procedió a someter las bases en que debía apoyarse la anexión especificando una serie de cánones que jamás fueron acatados.
Para las primeras horas de la mañana del 18 de marzo de 1861, Pedro Santana convocó al pueblo a la plaza de la catedral, hoy parque Colón, para darle oficialmente la orden de bajar la bandera dominicana, para izar el pabellón español y entre las proclamas y argumentos en el acto de entrega, Santana exclamó:
"España nos protege, su pabellón nos cubre, sus armas impondrán a los extraños, reconoce nuestras libertades; Y juntos las defenderemos, formando un solo pueblo, una sola familia, como siempre fuimos; Juntos nos presentaremos ante los altares que la madre patria erigiera".
Tras períodos de verdaderas crisis para los dominicanos de ese tiempo,  a guerra decisiva para Restauración, se produjo el 16 de agosto de 1863. Acontecimiento que nos devolvió la soberanía que jamás debemos permitir que vuelva a sucumbir.

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