No me pregunten como, ni porqué,
ni yo misma lo se.
Ni yo entiendo
porqué siento que en el alma tanto
frío.
Llueve o está nublado?
No lo se.
Entran por mi ventana
las luces tenues que el ocaso va
dejando.
No se porqué se clavan en mi piel,
me estremecen, me confunden.
Confluyen en mi yo remolinos
de pájaros que vuelan, vientos, nubes,
rayos de luna y sombras.
Confluyen en mi yo remolinos
de pájaros que vuelan, vientos, nubes,
rayos de luna y sombras.
Es como un laberinto en que me pierdo,
no se porqué, no lo puedo entender.
no se porqué, no lo puedo entender.
Mouris, muchas veces nos preguntamos el porqué... ya desde niños necesitamos saber lo inesperado de la vida.
ResponderEliminarUn abrazo.