En la febril congoja de mis horas vacías,
en el confín agreste de los días sin fin,
en la hondura insondable de la noche
y en la tenaz carrera de la vida,
Miro hacia atrás, hacia arriba, hacia los lados,
y compungida, sola y abatida,
mi mirada se cierra y abre desmesurada,
Tu no estás!
Te he buscado en la noche,
en la clara pendiente de mis días,
te busco en la distancia,
en las olas del mar, en las aguas del río,
Tu no estás!
Esta casa vacía, frías mis manos,
el café amargo
la vida se me
vuelca en silencios
no es un sueño,
estoy sola!
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