Humo, viento, llamarada de niebla que como un fantasma trepa el umbral del recuerdo.
Cualquiera pensaría que el ventanal no existe, es que el vaho lo cubre y solo a intervalos me deja ver el cielo gris.
La lluvia es fina, se asemeja a diminutos diamantes que caen como collares engarzados en
el espacio.
La noche parece oscura, es un espectáculo observar el contraste entre la luz y la sombra.
Y rompiendo la casi tiniebla, la cascada de lluvia de deslía estremecida por reflejos de luces rutilantes.
Tiemblan y al caer, emiten un sonidillo de eco que se interna en la conciencia, alerta los sentidos y hace elucubrar locuras, utopías…
Es la lluvia de otoño que toca nuestra puerta.
¡Vaya! Palabras que me han fascinado.
ResponderEliminarmm interesante.
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