La lluvia ha dado un respiro y los sevillanos pudieron hoy, realizar al fin las festividades propias del Miércoles Santo.
En Sevilla el cielo está gris desde el pasado sábado y el Domingo de Ramos discurrió bajo una lluvia tenaz en casi todos los pueblos y en Sevilla Capital, lo que motivó, la suspensión de la salida de los pasos en las diferentes parroquias.
Sin embargo este miércoles ha sido declarado por AEMET, la institución meteorológica, como un día afortunado, ya que según dijo el portavoz, también el Miércoles Santo del pasado año, cesó la pertinaz lluvia que llevaba varios días instalada en el cielo andaluz.
El cielo hoy estaba gris, pero sin lluvia, por lo que había algarabía entre las Cofradías que jubilosas y solemnes, disfrutaban de las habituales actividades concernientes a este día.
La Semana Santa se vive en Sevilla con intensidad, la ciudad luce su perfumado atuendo de azahares, los turistas van y viene con ojos desmesuradamente abiertos, como si quisieran retratar en sus retinas, cada detalle, o almacenar en sus recuerdos el humo y aroma de los inciensos y velas, es un panorama curioso que en una rara mezcla lúdico-espiritual, funde la pasión por los cultos católicos, con la curiosidad y diversión, porque las calles de Sevilla y de sus pueblos vibran en esa mezcolanza, es como un carrusel donde religión, entretenimiento, gastronomía van desfilando.
La temperatura más que agradable, el sol timorato y asustadizo, asoma por las aberturas de las nubes oscuras, parece un chiquillo travieso que burla la vigilancia de los padres y Sevilla, ama y señora de la Semana Mayor, dueña de una cultura atrayente que acumula siglos de existencia, envuelta en aroma de azahar, recibe estos días con la placidez de una soberana, es que Sevilla sigue siendo mucha Sevilla.
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