Se te hace fácil suplicar,
ahora que estás de vuelta de
todas tus andanzas
y aquella puerta por la que
cruzaste
sin mirar hacia atrás,
se ha cerrado también.
Juro que no es venganza, ni
rencor,
es simplemente que al marcharte,
moriste en mi recuerdo.
No insistas,
me agobia que te muestres tan
sumiso,
cuando a mí la verdad ya no me
importa
si eres sincero, o mientes.
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