Tu
mirada se quedó en un espacio en blanco de mi mente,
no
entendí que sufrías,
mi
mano decía adiós
como
quien se va hoy para volver mañana.
No
volvimos a vernos,
apenas
en mi mente habita algo de ti,
ni
un gesto, ni tu voz,
aunque
inevitablemente,
a
veces me pregunto
que
sería de los dos,
si
estuviéramos juntos.
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