El nombre se usó por primera vez
en el siglo XVI, es una derivación escocesa de AllHallows Even”, palabra
inglesa que significa “víspera de todos los santos”.
La festividad, se origina entre
los célticos que le llaman Shamhain,
derivada a su vez del irlandés antiguo, cuyo significado es fin del verano. Los
británicos a su vez festejaban un evento similar que llamaban y disfrutaban a
su manera.
Los antiguos celtas pensaban que llegado
el Shamhain, la línea que une al más allá con este mundo, se estrechaba de tal
manera que los espíritus la traspasaban, volviendo a estar en cointacto con lo
que habían dejado.
También los romanos marcaron su
huella en esta festividad, ellos trataron de cristianizarla suplantándola por
otra de corte cristiano el Día de todos los Santos, considerando que existían
demasiadas festividades paganas.
En 1840, la celebración invade
Estados Unidos donde quedan tan arraigadas sus raíces, que es hoy en día el
lugar donde con más entusiasmo se vive Halloween, desde allí se ha expandido a
otros países que la han adoptado como propia dentro de sus fiestas.
Sin embargo, hay que destacar que
la calabaza, un símbolo muy característico de Halloeen, fue un aporte de los inmigrantes
irlandeses, quienes durante la gran hambruna, transmitieron dicha versión,
tallando sobre la calabaza, ojos y boca con una vela dentro, Jack-o’-lantern,
que traducía mas o menos calabaza hueca con luz.
En 1921, fue realizado el primer desfile de
Halloween en Minnesota, a partir de entonces la festividad fue instituida y
celebrada, llegando hasta nuestros días.
Países de América Latina y Europa, celebran esta
noche Halloween, un fallido encuentro entre este mundo y el más allá, una
parodia en la que muchos encuentran diversión disfrazándose de la manera más grotesca
y “sangrienta”, pretendiendo representar mediante esos atuendos, al mundo de
los muertos.
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