Búscame siempre,
entre las flores, en la mañana gris,
en las grietas de la tierra donde se esconde el sol.
Búscame bajo la lluvia tenue, o torrencial,
escondida entre los pliegues de la tarde,
en ese punto exacto que no es tarde, ni noche,
en el ocaso, cuando empieza a decaer la luz y se
asoma la sombra.
Me encontrarás varada en medio de la noche,
espiando a las estrellas o envidiando a la luna,
y hasta es posible que alguna vez descubras que te
sigo, te llamo
si pudieras entrar en mis recuerdos,
podrías darte cuenta de que a pesar de todo, sigo
siendo la misma.
Tú sígueme buscando, llámame en el día, en la noche,
en la tarde,
no permitas que te detenga el miedo,
si me buscas, hazlo siempre de frente.
Algo en mi, una señal, un guiño, un grito,
en silencio te persigue,
si me sigues, me encontrarás,
subiendo una montaña, volando en una nube,
en el ritmo sin tiempo de los días sombríos,
en la risa, en el llanto.
Estaré en esa gota de rocío que cae cualquier noche en
tu ventana,
en la luz de una vela,
soy un recuerdo y tendrás que adivinar dónde me
encuentro.
Buscame, he dejado pistas para tí.
ResponderEliminarUn saludo