Fue por el frío y la
lluvia,
es que me dejé
envolver por la magia
de la nieve que caía
en la ventana.
Fue por la noche,
es que todo estaba a
oscuras
y las gotitas de
lluvia centelleaban.
Fue por la soledad,
es que me sentía sola
y triste.
Si, que duda cabe, fue
por esas razones
que cuando se abrió la
puerta a tus brazos me arrojé,
casi te pedía amor, no
lo dije con palabras,
pero vaya si mis
gestos no precisaban palabras.
Ahora buscando excusas
después de habernos acariciado
y besado,
acabo de darme cuenta
que soy una mentirosa.
No fue la lluvia,
tampoco la soledad,
no fue el frío,
fue simplemente que me
quité las ganas
que yo tenía de amarte.
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