Este frío y dolor,
esta certeza de saber que somos pasajeros de un tren
que pasa raudo,
hacia una estación que ignoramos dónde está,
la incertidumbre de no saber cuando ni dónde,
guiados tan solo por el albor de la conciencia,
ella nos llevará a los confines que marque
su color, si es blanca, un camino de luz,
si es negra, sombra y niebla.
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