Heridas que dejan cicatrices,
son heridas del alma que en la piel dejan marcas,
huellas del pasado o de hoy,
que se han escondido
entre agujeros ocultos que perduran.
Son como gotas de rocío que asoman a la faz,
quemando como el fuego, lágrimas de dolor.
Esas heridas que en apariencia sanan,
no cierran sin embargo,
son como documentos que jamás se han firmado,
permanecen vigentes y son como un contrato
entre la vida y el ayer que encadenan el hoy.
Qué bien expresas el dolor del olvido, precioso poema y profundos cersos.
ResponderEliminarSaludos afectuosos.
Leonor.